Hablemos de pan:
Que si centeno, masa
madre, integral, de semillas, de avena, de espelta, de almendra, de coco, de
panadería, de supermercado, casero…
Hay tantos panes que ya
no sabe una cuál sí, cuál no y cuál tal vez, ¿no os pasa?
¿Y si os dijese que da igual? Sí sí, como estás leyendo.
Cualquier pan va a tener
efectos más bien reguleros en nuestro cuerpo, ya no sólo por el gluten, sino
por el simple hecho de ser harina, las cuales debemos rebajar al máximo
(quitarlas sería lo 100% beneficioso a nivel nutricional para nuestro sop, pero
no es completamente necesario para controlarlo).
Más que tener en cuenta
el tipo de pan que se consume, lo que sí va a tener una repercusión real en
nuestra sintomatología es LA CANTIDAD y
LA FRECUENCIA con la que consumes el pan, además de CON QUÉ lo acompañes.
Si por ejemplo comes muy
poco pan (1-2 rebanadas), y además no las consumes de manera diaria, un pan
blanco no sería una mala opción, aunque a nivel nutricional siempre va a ser
mejor una opción integral, las
diferencias nutricionales EN UNA CANTIDAD PEQUEÑA no son realmente relevantes.
Si lo que te preocupa del
pan blanco es el Índice Glucémico, te recuerdo que cuando el pan se acompaña de una
grasa, como la del aguacate o huevo, la velocidad de absorción baja y su índice
glucémico también, con lo que una rebanada de pan blanco acompañado de aguacate
no crearía picos de insulina. Esto mismo también se aplica al arroz o la pasta.
En general las harinas no
debemos consumirlas de manera regular, ni mucho menos desplazar el consumo de
otros alimentos por ellas (que este suele ser el gran problema, nos hinchamos de pan y al final comemos muy poco del resto), pero consumir un poco de pan, pasta o arroz (sea
blanco o integral) no va a tener mayor impacto si el 90% restante de tu
alimentación lo basas en productos frescos.
¿Cuánto sería “un poco”? Esa respuesta no soy yo quien te la puede dar, ya
que tal vez “un poco” para mí es “un mucho” para ti. Va a depender de varios factores como: si haces ejercicio físico,
si padeces acné, problemas intestinales (sibo, disbiosis o problemas
intestinales en general), si padeces resistencia a la insulina, hipotiroidismo,
del qué tal el resto de tu alimentación…
Las dietas siempre hay que personalizarlas y adaptarlas a cada persona, no
es algo que se pueda “dejar” o “aconsejar” ya que lo que a mí me puede ir bien,
a ti puede irte regular o mal.
Lo que sí te puedo asegurar que te irá muy bien es
dejar de consumir tanta pasta/arroz/pan y bajar al mínimo la dosis. Las mejoras en el estado de ánimo, en la energía
y en la piel son visibles desde las pocas semanas y es muy de agradecer. Hay
muchísimas cosas que comer lejos de las harinas y, cuando te apetezca comer
algún tipo de harina, consume la que más te guste, sin más.
Cantidad y frecuencia serán la clave.
No barajo la posibilidad
de prohibir ningún alimento llegado a este punto ya que, cuánto más nos
prohíben algo más nos llama la atención, con lo cual quítate esas etiquetas de
“no puedo, no debo, está mal”. Cuando
dejamos de tener alimentos prohibidos, estos dejan de tener poder sobre
nosotras, dejamos de desearlos sobre todas las cosas cuando NOS DAMOS
PERMISO de comer sin culpa ni castigos.
La alimentación no se
ciñe solamente a qué alimentos elegimos comer, sino también desde DÓNDE los elegimos (obligación,
rechazo, odio a tu cuerpo…) y las sensaciones que tenemos con ellos (no quiero comerme esto, no me gusta, ojalá
pudiese comerme un donuts sin engordar, qué p*** mierda siempre a dieta…)
No sólo las sensaciones hacia la “comida sana”, sino también a los
ultraprocesados (para qué me habré comido
ese trozo de bizcocho, ahora engordaré… toda la semana a la basura por haber
ido a ese cumpleaños, debí haberme controlado… no debí comerme ese medio
bocadillo, ahora seguro que cuando me pese habré subido…). ¡Resulta que no
disfrutas ni de una comida ni de otra!
Tener una buena relación
con la comida es complicado y fundamental para ayudarnos a poder avanzar con
nuestro sop ya que, si mentalmente estamos estresadas y con ansiedad, nuestro
sop no va a mejorar, todo lo contrario. Y más frustraciones te creará y
seguirás en esa espiral de “me he quitado de todo y no noto mejoría… para estar
así mejor sigo como antes…”.
Llegar a la paz menstrual
es un proceso de autoconocimiento muy grande donde no podemos olvidarnos de que
no somos actos aislados, hay que mirar
la salud de forma integral. Todo lo que haces por qué lo haces, desde dónde
lo haces y para qué lo haces. Si las
respuestas no son “desde el amor hacia mi cuerpo y a mí misma” las cosas no van
a salir como te gustarían a la primera, busca ayuda, no tienes por qué
hacerlo sola.
Retomando el consumo de pan, como conclusión: si lo vas a consumir de manera más habitual sí optaría por opciones integrales (pero integrales de verdad), también aplicable a la pasta o arroz (estas siempre van a resultar más interesantes en opciones integrales o con harina de legumbres). Si lo consumes de manera muy puntual, consume el que más te guste/apetezca.
Pan proteico de sésamo
Ø Ingredientes para 5 rebanadas:
ü 6 cucharadas de semillas de sésamo (o sésamo molido, también puede ser harina de avena u otra)
ü 4 cucharadas de agua
ü 2 huevos
ü Especias al gusto (sal, pimienta y orégano)
1.
Tritura el
sésamo en el vaso de tu batidora/robot hasta que se quede echo una pasta.
2.
Añade el
resto de ingredientes y tritura hasta que se quede una masa homogénea.
3.
Coge un
tapper pequeño (tamaño sándwich) apto para microondas, llena un dedo de la
mezcla y lleva al microondas 1.5-2min (debe quedar blandito, si le pones más
tiempo quedará más crujiente, tipo tostada, ya depende de tu gusto).
un dedo de grosor más o menos
Listo! Rellénalo de lo
que más te guste y come sin culpas ni preocupaciones, usa tus especias
favoritas para darle más sabor, usa otra semilla si lo prefieres, se hacen en
un momento!
Pan de zanahoria
Ø Ingredientes para 2 rebanadas:
ü 1 zanahoria
ü 1 huevo
ü 2 cucharadas de harina de garbanzo
ü Especias al gusto (sal, pimienta, cúrcuma, ajo en
polvo)
ü Mezcla de semillas (o las semillas que
tengas/prefieras) ESTE ULTIMO INGREDIENTE ES COMPLETAMENTE OPCIONAL
1.
Ralla la
zanahoria y añadela junto con el huevo, la harina y las especias a la jarra de
la batidora/robot (se puede mezclar a mano también ya que no hay que triturar)
y mezcla hasta que quede echo una masa.
2. Añade un puñazo de semillas y remueve (sin triturar) para que se mezclen bien
3.
Precalienta
el horno a 150º calor arriba y abajo. Coge un molde rectangular, pon papel
vegetal y pincela con un poco de aceite y vierte la masa, que quede finita (un
dedo de grosor más o menos).
4.
Hornea 20
min. Parte por la mitad y así tendrás 2 rebanadas para tu sándwich o
hamburguesa.
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